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El celo en las gatas: todo lo que necesitas saber

El celo en las gatas: todo lo que necesitas saber

Entramos en Agosto, los días se hacen más cálidos y la cantidad de horas de luz aumenta significativamente. Así comienza el mes de los gatos junto a un compañero inseparable: el celo de las gatas. Así es, los meses de primavera y parte del verano son los elegidos por los gatos para su estación reproductiva, la cual involucra tanto la concepción como la gestación, nacimiento y cría de sus felinitos.

Hoy te enseñaremos todo lo que necesitas saber sobre el celo de las gatas, a fin de que puedas ayudarlas a pasar estos meses de la forma más tranquila y segura posible. Para ello, lo primero es conocer los factores que influyen en el celo de las gatas:

  • La raza: A pesar de que casi todas las gatas tienen su primer celo entre los 4 y los 10 meses, serán las hembras de pelo corto las que alcanzarán la pubertad a una edad más temprana. Por el contrario, las razas de pelo largo lo harán de forma más tardía.
  • El peso: La cantidad de grasa se relaciona directamente con la función hormonal; debido a esto, las gatas necesitan tener un peso mínimo para poder entrar en celo.
  • Factores externos: El aumento de la temperatura y la mayor cantidad de horas de luz son aspectos muy importantes. Para que una gata entre en celo debe haber por lo menos 12 horas de luz solar por día. Así, serán los meses de primavera y verano en los que las gatas tendrán una mayor cantidad de celos.

Los signos de que nuestra gata está en celo son particularmente fáciles de reconocer, ya que son comportamientos específicos que te enseñaremos a continuación:

  • Se vuelven regalonas: Las gatas en celo se vuelven repentinamente mucho más cariñosas de lo normal. Buscan constantemente tu cariño y compañía.
  • Ruedan por el suelo: Las gatas en celo suelen tirarse al piso y realizar varios giros y contorsiones por el suelo o la alfombra.
  • Maúllan fuerte y profundo: Las gatas tienden a maullar muy fuerte y de manera profunda, casi desgarrada y principalmente en horas de la noche. Esto es un llamado para los gatos macho de la zona.
  • Se queja todo el tiempo: Junto con los maullidos se producen “quejidos” constantes, especialmente si posas tu mano sobre su espalda baja.
  • Posición de monta: Es común que las gatas adquieran una posición similar a la de monta cuando las acaricias. Reconocerás la posición porque la gata bajará el abdomen hasta el piso, doblando ligeramente las patas traseras y ladeando su cola.
  • Se lame mucho: La gata en celo se lamerá con mayor frecuencia, especialmente en la zona genital; esto debido a que se produce una pequeña inflamación en sus órganos sexuales.
  • No quiere comer: No a todas las gatas les pasa, pero hay algunas que pierden un poco el apetito y comen en menor cantidad durante el periodo de celo.
  • Orina en cualquier parte: A veces ocurre que las gatas en celo orinan fuera de su caja a fin de marcar el territorio con sus señales químicas, las cuales son detectadas por los machos cercanos.

Una vez sabido esto viene una de las preguntas más relevantes… ¿Cuánto dura un celo? La verdad es que depende. Primero debemos saber que el celo de las gatas se divide en 5 fases de diverso orden y duración:

  • Proestro: Esta fase dura 1 o 2 días. Aquí la gata demandará mucha atención y cariño, mostrando signos característicos del celo pero sin permitir que el macho la monte.
  • Estro: Esta fase dura entre 3 y 14 días. Aquí los signos del celo serán evidentes e intensos. La gata se dejará montar por uno o varios machos a fin de inducir la ovulación necesaria para producirse el embarazo.
  • Interestro o metaestro: Esta fase dura entre 3 días y dos semanas, y se produce cuando no ha habido monta o simplemente no se produjo la ovulación. Esta fase corresponde al espacio de tiempo sexualmente inactivo entre uno y otro celo.
  • Diestro o “falsa preñez”: Esta fase dura entre 30 y 45 días, y se produce cuando la gata ha ovulado pero no resulta preñada, preparando el útero para una gestación que nunca se desarrolló. Una vez termina el Diestro la gata podría volver a entrar en Proestro dependiendo de la época del año y las horas de luz solar.
  • Anestro: Esta fase dura entre 45 y 90 días. Aquí la gata entrará en reposo o inactividad sexual hasta su próxima estación reproductiva. Generalmente se produce entre los meses de Octubre y Diciembre.

En caso de que la gata resulte preñada su celo se detendrá de manera abrupta en un plazo de 24 horas, pasando a la etapa de gestación hasta que nazcan sus gatitos.

Es importante saber que, como se indica en el punto anterior, las gatas que no han resultado preñadas tienen la particularidad de tener varios celos seguidos durante su estación reproductiva. Al contrario que las perras, que tienen un celo cada 6 meses, la gata tendrá un celo tras otro a fin de tener más posibilidades de reproducirse. Si una gata no queda preñada podrá volver a entrar en celo pasado unos 4 o 10 días, especialmente en los meses en que los días son más largos y hay más horas de luz al día.

Además de esto, si la gata vive en el interior de una casa o departamento, es posible que no se encuentre regulada por los ciclos estacionales de luz y temperatura, pudiendo llegar a tener celos fuera de su época reproductiva natural.

Dicho esto… ¿Qué opciones tengo? Lo primero es no desesperarse, sabemos que puede ser complejo y por eso te traemos tres opciones para lidiar con tu gata en celo:

  • Opción 1: Encerrar a tu gata y prepararte para soportar algunos meses de mimos, restriegos, maullidos y un poco de locura gatuna.
  • Opción 2: Dejar salir a tu gata y arriesgarte a, dentro de unos 3 meses, recibir a unos cuantos gatitos que te convertirán en su abuelo o abuela favorita.
  • Opción 3: Esterilizar a tu mascota, esto evitará tanto futuros celos como embarazos y la posibilidad de algunas enfermedades. Si quieres saber más te invitamos a estar atento a nuestro próximo artículo, en el cual te explicaremos todo respecto de la esterilización y castración en perros y gatos.

Cualquiera sea la opción que elijas, te recomendamos informarte lo más posible sobre el ciclo reproductivo de tu mascota y asesorarte con un veterinario, a fin de poder tomar las mejores decisiones para ti y tu felina compañera.